Concurso Nacional de Ideas para el Plan Maestro General del Bioparque Metropolitano
13 de junio de 2018
Con motivo de este Concurso Nacional, convocado durante 2017 por la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (CAPBA), me reuní con la Arquitecta Elizabeth Vergara y la Licenciada en Paisajismo Celeste Iglesias para que me cuenten cómo vivieron esta experiencia, en qué consistió la propuesta que presentaron y cómo fue ganar -ni más ni menos- que el 2do. premio (!!)
Si en el fútbol se dice que a los segundos nadie los recuerda, bueno... esto no es fútbol.
IMÁGENES DEL PREDIO Y UBICACIÓN (Click aquí)
- Cuéntenme el comienzo de todo.
Eli: Nos incorporamos al equipo de trabajo para el concurso referido al “Parque de la Ciudad”, en el que finalmente obtuvimos una mención.
Mientras esa presentación estaba en curso se abrió el concurso para el Bioparque. Fue muy jugado (risas) porque teníamos menos tiempo que para el del Parque de la Ciudad, pero decidimos hacer el esfuerzo y presentarnos igual. Del armado de la propuesta que presentamos para el Bioparque participamos tres arquitectos y cuatro paisajistas y como varios de nosotros cursamos la Maestría en Gestión Ambiental Metropolitana(*), pudimos tener una mirada urbana y ambiental en lo que hicimos.
Pero el equipo completo está integrado por el Estudio Plus Urbano y varios profesionales más, que ya tienen varias presentaciones y concursos como experiencia.
Muchas veces se requieren aportes desde lo social…
- ¿Me están invitando? ¡Me sumo! ¡Miren que quedó grabado! (risas)
Cele: Es importante porque uno muchas veces se enfoca demasiado desde lo técnico y pierde esa visión o hay proyectos que lo piden especialmente.
- Clarísimo. Ya me anoté. (risas)
- ¿En qué consistió la convocatoria que realizó la CEAMSE y por la cual concursaron y finalmente obtuvieron el segundo premio?
Eli: Salió a Concurso el Bioparque Metropolitano CEAMSE. Un concurso nacional en el que podían presentarse equipos de todo el país. Y en las Bases se pedía el desarrollo de un parque que le diera solución al “verde” que quedaba en los módulos de basura. Estos módulos, propios de un relleno sanitario, quedaban sin ningún tipo de intervención, de diseño, paisajístico, educativo o de arquitectura, y por ello se pedía algún tipo de solución que permitiera crear un recorrido para que la gente pueda "acercarse a la basura" y ver la problemática aparejada y también reconceptualizar esa situación.
- Es decir, los módulos que existen en el relleno sanitario, una vez que se cierran, intervenirlos, para que una vez que se cierre el relleno, reconvertirlos.
Eli: Exactamente.
Cele: Pero éste es un relleno que fue cerrado hace varios años ya.
- Ah, ok. Son módulos que ya están cerrados.
Eli: Es el relleno sanitario que está en Villa Domínico.
Cele: Como este relleno fue cerrado hace unos cuantos años, entonces tiene una maduración como para intervenir esos módulos.
Eli: Y son muchos. Además, hay edificios –algunos incluso abandonados- preexistentes, que en las Bases se pedía respetarlos. O los caminos, que también debían respetarse. Así también se señalaban los terrenos y las medidas a intervenir. Y debíamos tener en cuenta que esos terrenos limitaban con el Río de la Plata, por un lado; con la Ciudad, por otro y con la Autopista La Plata-Buenos Aires, que pasa por el medio. Lo que nos obligaba a pensar cómo volver al Parque accesible.
A su vez, tenía que ser un parque metropolitano, que no sólo atraiga a los ciudadanos linderos sino a toda la ciudad metropolitana, y que al mismo tiempo sea un parque que genere atracción a nivel país y a nivel global.
- Ya que mencionás esto del parque metropolitano, ¿se planteó desde la CEAMSE esta vieja idea de retomar los parques metropolitanos, como si fueran de La Plata a Buenos Aires, con toda la zona costera revitalizada? ¿Esto estaría inserto en ese marco o no? ¿O sería exclusivo del relleno sanitario de Villa Domínico?
Cele: Estaba pensado, pero ahora hay muchos terrenos privados que lindan con este terreno y con el Río. Del terreno del relleno sólo una parte, como la pata de una “L”, llega hasta el Río, el resto no. Se quiere que todo se trate como reserva -de hecho, ese albardón antes del Río se trata como reserva-, pero está en conflicto y daría la impresión de que es irrealizable.
Después está el predio de AySA (donde está la planta de tratamiento), más hacia Ezpeleta, que también tiene un gran área inundable en el que también se quiere hacer un gran parque educativo ambiental.
Siempre está presente la idea de conservar estos lugares como reserva, o por lo menos como parques -porque para considerarlos reservas deberían cumplir con ciertos requisitos-, pero es muy difícil porque en la costa ya hay otros usos.
- Claro.
Eli: El CEAMSE proponía la creación de un parque, pero también incluía un museo y caballerizas. Para que la gente pudiera recorrerlo a caballo o que el personal del parque pudiera utilizarlos. No estaban permitidos los vehículos.
Cele: Pero lo que sí o sí debíamos mantener eran los caminos preexistentes, que eran los caminos de modulación por donde se fueron realizando los rellenos, que eran como rectángulos. Como esos módulos aún tienen un mantenimiento de lixiviados y piletas de decantación, esas cuadrículas debían quedar. Y hasta hay un tema topográfico, porque en el terreno son como “chichones” de unos 20 metros de altura.
- Ah, bastante altos.
Eli: Sí. Y había módulos nuevos y módulos viejos. Entonces esta cuestión también había que tenerla en cuenta a la hora de pensar la propuesta.
Las Bases también incluían un aula educativa, un centro de exposiciones. Y estas cuestiones también nos obligaron como equipo a pensar sobre qué tipo de exposiciones se realizarían, quiénes las visitarían, cómo llegarían, cómo accederían.
El diseño de los edificios debía contemplar eso, pero también debía ser sustentable, incluso desde los materiales. Por eso una de las propuestas desde la materialidad fue trabajar con bambú. Y buscamos a un especialista que analizara su factibilidad y si los edificios podían trabajarse con ese material.
Así, todos los edificios que diseñamos incluían bambú y madera y tenían en cuenta la orientación, para lograr mayor confortabilidad. Se buscó revalorizar el verde, desde la apariencia de las construcciones hasta los espacios, los pulmones.
Cele: Otra cuestión que tuvimos que contemplar fue la imposibilidad de plantar con profundidad, para no perforar las capas del relleno. Si mal no recuerdo, la profundidad no podía superar el metro. Y por un tema de peso, tampoco podíamos agregar mucho incorporando sustrato. Entonces por esto pensamos en el bambú nativo, que es como la caña que crece en el Tigre, que como es rastrero y tiene tallos estoloníferos (que no se entierran mucho), podía permitirnos crear como una especie de bosques pequeños en los módulos. Porque la cuestión era cómo darle sombra a las grandes áreas de los módulos para generar paseos agradables, y evitar una gran pradera. Los caminos modulares sí cuentan con árboles, que cumplían la función de regular olores y demás.
- Esos árboles ya estaban. Se encargó la CEAMSE de plantarlos en su momento, mientras mantenía el relleno.
Cele: Sí, sí. Porque la apertura de este parque se fue haciendo gradualmente. Incluso hay un paseo que llega hasta el Río y un vivero que produce las plantas que se utilizan en el lugar, y hasta fabrican compost con materiales de los municipios cercanos. Pero les faltaba un diseño y una propuesta integradora que hiciera atractivo al parque.
- En el armado de la propuesta, ¿utilizaron alguna experiencia internacional como modelo?
Eli: Sí, algunas experiencias en las que predomina el uso de la energía eólica y también la experiencia del bioparque de Nueva York(**).
Cele: Como te contamos antes, el Bioparque intentaba cubrir cuatro dimensiones. Por un lado, la social-urbana. En el sentido de cómo integrar un parque tan grande urbanísticamente. Más aún al tener lindera a la Autopista. Que puede ser algo a favor o algo en contra. Porque por un lado tiene buen acceso, pero por otro quedó aislado de la urbanización, porque está del otro lado de la Autopista. Y eso había que resolverlo.
De ahí surgieron tres accesos: dos como en las puntas y uno central. Una de las puntas (hacia Villa Domínico) era como un acceso institucional, porque se daba a través de los edificios del CEAMSE. Allí iba a estar ubicado, por ejemplo, el museo.
Otra dimensión era la ambiental y del paisaje. Aquí entrarían la percepción y los recorridos del propio parque, resaltando un “biocorredor”. Un único camino que iría planteando distintas situaciones a lo largo de un único recorrido.
Luego, la dimensión cultural y educativa (formación y educación ambiental temática). Que estaba dirigida a comprender y divulgar cuestiones como el “ciclo de productos”, “qué es un relleno sanitario”, “qué implica su cierre”, y otras cuestiones de este estilo que muchas veces no se conocen ni se mencionan.
Y, finalmente, la dimensión científica y productiva, enfocada a espacios de intercambio tecnológico entre el CEAMSE y otras organizaciones de orden público, como ser energías alternativas, cultivos o producción (que no fueran comestibles porque no se puede), para que no se limite a un parque verde. Se pretendían otras actividades que le dieran un plus al parque. Por ejemplo, propusimos la producción de flores de corte.
Eli: Ese único camino conducía al público a oasis, con rociadores, mariposarios o silbadores. Elementos que a uno le permitieran llegar más allá del verde.
- Hace un momento mencionaron la salida al Río, en esa especie de pata de una “L”, ¿cómo la tomó el proyecto? ¿Estaba incluida de alguna forma en particular?
Cele: No estaba incluida. Porque esa zona se tomaba como reserva, como un espacio intocable.
- Al estilo “selva marginal”, como puede ser la selva marginal de Punta Lara, en La Plata. Un espacio donde el Río pueda avanzar y se desarrolle naturalmente la flora y la fauna.
Cele: Claro. Porque ese espacio no tiene módulos. Es una zona que pertenece al predio del CEAMSE pero no tiene relleno. Es una zona en la que no había propuesta porque ya funcionaba como reserva.
Antes de ese sector había una pileta de lixiviados, pero la reserva quedó como un oasis y parte del paseo. A modo de “parche” natural y vivo.
Eli: Aunque hubo algunos proyectos que sí lo abordaron.
- No hablemos mal de los otros. (risas)
Eli y Cele: Cierto, cierto. (risas)
Cele: En resumidas cuentas, el parque estaría integrado por tres componentes: el biocorredor; los oasis (“atraedores”), que en general estarían en las cúspides de los módulos y un tejido conectivo vegetal aprovechando estas praderas que te comentamos para desarrollar cultivos lo más naturalmente posible, emulando la vida previa a la antropización.
Eli: También buscamos desarrollar una “estrategia de movilidad” diferente. No replicar el clásico recorrido u obligar a la gente a que realice la visita completa. Nosotros preferimos intentar una estrategia para que la gente se quede en los lugares que visite, que le den ganas de quedarse en el lugar al que llegó y conocer de qué se trata. Como por ejemplo el “edificio mirador”, diseñado como los demás edificios pero desde el que se podría apreciar el oasis en el que estaba emplazado y a la vez contemplar todo el bioparque.
También pensamos en crear una especie de páramos temáticos, enfocados en los elementos de la naturaleza. Y todo esto centrado en las percepciones y el sentir. Porque el diseño tiene que permitir jugar con las sensaciones.
Todos los edificios estaban pensados con los mismos materiales, con la inclinación correcta para que todos aprovecharan de la misma manera la luz del sol. Y no quisimos que fueran importantes en sí o tuvieran determinadas características, lo importante para nosotros fue que la sensación de la experiencia en su interior hiciera la diferencia entre ellos.
- ¿Y los edificios preexistentes? ¿Se los intervenía de alguna manera?
Eli: No. Puede que recibieran alguna renovación, pero nada especial. Además, algunos estaban reservados al funcionamiento del CEAMSE y quedaban excluidos para las propuestas.
- Las dos ya están como experimentadas en proyectos, pero… ¿qué les generó, qué sintieron? ¿Qué implica presentarse a un concurso?
Eli: ¡Guau! Mirá, es dedicarle mucho tiempo (ambas suspiran). Mucho tiempo. Noches sin dormir. Quedarte hasta las cuatro de la mañana varios días, a sabiendas que podés no ganar nada.
Y también fue un gran desafío, por lo menos para mí. Porque como arquitecto muchas veces perdés la escala. Puede que los paisajistas estén más acostumbrados a trabajar con escalas monumentales, pero los arquitectos somos más de la unidad, de parcelas. Si no estás en lo urbanístico, es difícil. Y agregale que tenés que buscar que todo el proyecto se lea como una unidad, con el paisaje, con los edificios, etc..
Y lo más valioso fue la interacción entre distintas profesiones…
- Claro. Y ahora cuando me incluyan a mí en lo social, olvidate. (risas)
Cele: No nos para nadie. (risas)
Eli: Incluso se cruzan las historias personales…
Cele: A mí me parece que un proyecto de estas características es un desafío profesional super interesante. Porque para uno -que a veces se acerca al diseño de espacios públicos urbanos desde la profesión- diseñar en un espacio de relleno sanitario, que no tiene las mismas características técnicas (desde su recorrido y la profundidad temática que tiene eso), es mucho más interesante que diseñar cualquier otro espacio de la ciudad. Y aparte porque es algo innovador y super actual y real, que se viene y que hay que decidir qué se hace.
Parques se hacen desde el 1300 o mucho antes, pero esta posibilidad de convertir –como vos decías- esta carga negativa de lo que es la ciudad, en algo positivo, de un espacio público en el que se puede aprender y hacer recitales, exposiciones, lanzamiento de globos aerostáticos, no sé, actividades orientadas desde el disfrute, es muy importante y está buenísimo.
- Bueno… Ya tuvieron una mención, tuvieron una derrota y tuvieron un segundo puesto…
Cele: (risas) Varias derrotas… (risas)
- ¿Por qué van ahora? ¿Qué es lo que se viene?
Eli y Cele: ¡Un primer premio!
- ¿Y ya tienen algo en danza?
Eli: (risas) Por ahora nada. Aunque participamos en el proyecto del Ecoparque de Mendoza y obtuvimos una mención.
- ¡Ah, muy bien!
Cele: Y éste era muy difícil porque tiene muchos animales y había que plantear diferentes propuestas para ellos, y específicas, y sus traslados.
- Muy interesante. Lo dejo para una próxima entrevista. Chicas, ¡muchas gracias por todo!
(*) Maestría en Gestión Ambiental Metropolitana (GAM), dictada por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires (UBA)
(**) Parque Fresh Kills (Staten Island, Nueva York). Sitios para visitar: http://freshkillspark.org/ o https://www.nacion.com/ciencia/medio-ambiente/el-vertedero-mas-grande-del-mundo-ahora-es-parque-ejemplar-en-nueva-york/J2XAQWAF4JFSHAGXZUQTHBXY4A/story/