Escuela Sustentable de Mar Chiquita
29 de agosto de 2018
Con motivo de la construcción e inauguración de la primera escuela sustentable del país, entrevisté a Analía Ladisa, Coordinadora de Comunicación de PLANMAR de la Asociación Civil "Amartya" y participante del proyecto.
La escuela sustentable (N° 12) está ubicada en la localidad de Mar Chiquita (Provincia de Buenos Aires, Argentina) y recibe 60 niñ@s de nivel primario.
Hola! ¿Cómo estás? Contame un poco de vos...
Hola, muy bien!
Bueno, soy Analía Ladisa, tengo 35 años, estudié Comunicación Social en la UBA y en este momento vivo en Mar del Plata.
Trabajé, en mi primera juventud, muchos años en una organización social, Poder Ciudadano de Buenos Aires. Luego pasé al sector privado y trabajé muchos años en el área de comunicación y diseño para agencias y cuestiones de ese tipo. Después me fui de viaje muchos años. Estuve viviendo afuera como 4 ó 5 años y en 2016 volví a la Argentina con ganas de instalarme, de retomar mi profesión y a través de algunos conocidos llegué a Amartya (una Organización Civil), a través del "Festival Un Mundo Feliz", que se hace cada dos años en “Quinta esencia. Escuela de Sustentabilidad”, que también es un proyecto de Amartya.
Contame del proyecto... ¿Cómo surgió todo?
La "escuela sustentable argentina" es una segunda experiencia del proyecto “Una escuela sustentable”, impulsado por Tagma, una organización uruguaya. Su Director es Martín Espósito y se inspiró en el documental “El guerrero de la basura”, que cuenta la vida y la trayectoria de Michael Reynolds, creador de la metodología de construcción de las “naves tierras” ("Earthships").
Martín conoció a Reynolds a través del documental y sintió que era una excelente idea construir escuelas públicas con esa metodología. Así, se juntó con un grupo de amigos, con gente en Uruguay, y luego de buscar un lugar, conseguir permisos, ver la experiencia, conseguir sponsors, etc. en febrero de 2016 construyeron la primera escuela pública sustentable en la localidad de Járeguiberry (Canelones, Uruguay). Que también es una escuela de modalidad rural.
Después, con el grupo de personas con el que formó Tagma, entendió que la experiencia era viable y deseable de llevar a distintos lugares de la región y decidieron empezar por Argentina. Hicieron un sondeo, algo de investigación sobre qué lugares podían resultar aptos para repetir la experiencia en Argentina y así fue que se encontraron con el trabajo que estábamos desarrollando con Amartya en Mar Chiquita.
¿Y en qué consiste esta metodología que mencionás y con la cual realizaron el proyecto?
El Proyecto “Una Escuela Sustentable” consiste en construir un edificio con metodología “nave tierra” para una escuela pública. Es un proyecto de importancia superlativa porque este tipo de construcción es realmente importante para el vínculo que el ser humano tiene con su entorno. Implica la utilización de energías renovables, de materiales reciclables, implica la construcción colectiva, porque la mano de obra es en gran parte voluntaria e implica la fuerza de muchas personas involucradas. Y es maravilloso también, porque se trata de un edificio con estas características para una escuela pública, rural y para niños de gestión primaria que asistirán para formarse en un espacio totalmente diferente al que están acostumbrados.
¿Por qué se dio en Mar Chiquita? ¿Qué los llevó a realizarlo allí?, porque Argentina es muy grande...
Se dio en Mar Chiquita porque Amartya trabaja allí hace varios años, con el “Plan Ambiental Mar Chiquita Sustentable”.
Cuando Tagma y Amartya acordaron trabajar juntos en el Partido de Mar Chiquita empezaron a trabajar también con la Jefatura de Inspección Distrital de Mar Chiquita y ellos fueron los que decidieron que la escuela se instalaría en el Balneario Parque Mar Chiquita, que es una localidad dentro del Partido que se llama igual. Y decidieron que fuera allí porque es una localidad que no contaba con escuela propia en su territorio. La escuela primaria de esa localidad estaba sobre la Ruta 11, en las afueras de Mar Chiquita. Y si bien el edificio era un edificio tradicional, era muy complejo llegar y al estaba sobre la ruta, lo hacía muy peligroso. Además compartía el edificio con una escuela secundaria.
Ya mencionaste a Tagma y a Amartya como responsables de la idea, pero ¿participó algún otro actor en el proyecto?
Como te comenté, Tagma fue la organización impulsora y Amartya, la organización socia local, pero también participaron la Municipalidad de Mar Chiquita; una Cooperativa de Mar del Plata que se llama “Caminantes”, en todo lo que fue el desarrollo de sensibilización de la comunidad de Mar Chiquita; otra organización que se llama “Naves”, que son constructores de “naves tierra” y que tienen experiencia en la construcción de las "naves tierra" de Tandil, de Sierra de los Padres, de aquí, de Verde Mundo en Mar del Plata, del Bolsón y de Salta.
Y se construyó con la metodología de la “Academia de Earthship Biotecture”, que es una compañía de Michael Reynolds. Éste lanzó una convocatoria a través de su página en la que buscaba voluntarios que quisieran aprender el método constructivo y vienen personas de distintas partes del mundo. Así se conforma un grupo mixto e internacional que viaja al lugar donde se hace la construcción y tienen una metodología de clases teóricas y clases prácticas, a través de las que se aprende a desarrollar este método.
¿Cuánto tiempo de construcción les llevó?
La escuela se construyó en 45 días en total. Fueron unos 28 días aproximadamente de construcción continua más unas dos semanas de preparación del terreno, más dos semanas posteriores de detalles de obra.
Imagino que no fue sencillo, ¿qué problemas se les presentaron?
Fue bastante arduo conseguir permisos, sesiones del terreno y juntar el dinero para solventar los gastos de construcción. Porque si bien este tipo de construcción está muy buena y es preferible porque es autosustentable, la inversión inicial en la construcción no es más económica que una de tipo tradicional. Los materiales que no son reciclables pueden llegar a tener un valor alto, entonces es bastante el dinero que hay que reunir.
Otro tipo de problema fue que tuvimos un trabajo bastante prolongado de sensibilización con la comunidad, que al principio, como era de esperarse de una comunidad pequeña, que podía ser muy tradicional, fue difícil llegarle con un proyecto de estas características, que podía ofrecer ciertas resistencias.
Pero superaron los problemas y la escuela se construyó... ¿Y qué pasó con las repercusiones? ¿Cómo fueron? ¿Cuál fue el impacto o importancia que tomó?
Las repercusiones fueron enormes y extensas. Se hicieron eco de esta construcción muchísimas personas en distintos lugares del país y en el mundo.
Es muy llamativo todo el movimiento que se da cuando se produce la construcción porque en total, entre los voluntarios que venían a aprender el método constructivo, los que pagaban la Academia para aprender, los que vinieron como voluntarios sólo por unos días, las organizaciones que estábamos involucradas, las personas de la Municipalidad que aportaron logística, etc., fuimos como 200 personas yendo y viniendo todo el día, en un pueblo que habitualmente tiene entre 300 y 400 habitantes. Entonces fue realmente un movimiento muy muy llamativo. Así que el impacto inicial fue muy importante, y esperamos que sea mayor a medida que pase el tiempo y que los chicos vayan formándose en esa escuela. Esperamos que el impacto sea a largo plazo.
¿A partir de esta experiencia tuvieron ofertas o pedidos para replicar la experiencia? ¿Seguirán trabajando en proyectos similares?
Hubo mucho interés de muchas localidades y lugares que quieren repetir la experiencia. Pero para poder hacerlo se precisa de unos U$S 450.000 para cubrir los gastos de la construcción, de los aportes de Reynolds, de todo el movimiento del terreno, etc., es bastante. Y además es un proyecto que requiere de la articulación del sector público, del sector privado y del sector social.
Puntualmente, el proyecto de creación de una escuela sustentable, en cuanto a la expansión como tal, va a seguir en manos de Tagma, que va a llevar esta experiencia a otros países de la Región. Y nosotros, como Amartya, seguiremos trabajando en el Partido de Mar Chiquita con el PLANMAR, en esto que es un Programa de Educación Ambiental, con el que trabajamos con escuelas de todos los niveles y también en educación no formal. En este sentido estamos desarrollando un programa de formación en oficios sustentables, donde vamos a formar personas para instalar biodigestores, paneles solares, termotanques solares; estamos trabajando en el desarrollo de lo que es la ganadería regenerativa y trabajamos con docentes y estamos por impulsar un manual de educación ambiental en y para Mar Chiquita.
La verdad es que el proyecto es muy interesante y un ejemplo a replicar. Ojalá se pueda.
Ahora me gustaría conocer tu experiencia personal. ¿Cómo te enganchaste con este proyecto? ¿Qué tareas realizaste o realizás?
A este Proyecto me sumé como integrante de Amartya, dentro del PLANMAR. Mis tareas son como responsable de comunicación de todo lo que hacemos en Mar Chiquita. Por ello estuve tomando registro del proceso completo de la construcción y articulando con medios de comunicación y con la comunidad local para que el proyecto se integrara de la manera más armónica con la vida cotidiana de las personas que estaban formando parte de la comunidad.
¿Y cómo fue la experiencia de trabajar con Raynolds?
Michael Reynolds estuvo absolutamente involucrado en el proyecto como en cada una de las construcciones de “Earthship”, hasta donde tengo entendido. Llegó los últimos días de febrero y se quedó hasta el 28 de marzo y dirigió la obra en todo momento.
Personalmente no tuve la oportunidad de compartir mucho con él, ya que estuvo abocado enteramente a la construcción. Pero me han transmitido que fue una experiencia muy amena y que con los constructores fue super accesible y predispuesto. Es una persona que ha tenido una buena idea y la ha desarrollado con mucho éxito y tiene un camino recorrido, ya es un tipo grande (tiene 74 años), pero no es un para nada una estrella de rock inaccesible.
¿Cómo fue el primer día de clases?
Por algunas cuestiones administrativas de la Municipalidad las clases empezaron recién el 26 de junio. Es decir, en el edificio nuevo. Los niños comenzaron el ciclo lectivo con normalidad a principios de año, como el resto de las escuelas de Mar Chiquita, pero lo hicieron en su edificio anterior.
Más allá de esto los niños estuvieron y están super felices, van muy contentos a su nueva escuela. Ha cambiado verdaderamente su vida cotidiana, porque los que viven en Mar Chiquita ahora pueden ir caminando y los que no viven cerca pueden llegar con el colectivo común. Antes era muy difícil llegar.
La escuela es muy preciosa y es realmente una bendición para ellos.
Muchas gracias!!!
Ficha técnica de la escuela:
- Materiales reciclados utilizados : 2.200 cubiertas; 5.000 botellas; 8.000 latas y 2.000 metros cuadrados de cartón.
- Dimensiones y características: 300 metros cuadrados (con capacidad para albergar a 100 estudiantes); huertas interna y externa con productos orgánicos; paneles solares para la generación de electricidad; sistema de recolección, reutilización y potabilización de agua de lluvia; tratamiento de aguas grises y negras; acondicionamiento térmico (entre 18° y 25°).
Links de interés y materiales de consulta:
- Tagma
- Amartya